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PUNTO DE ALERTA

PUNTO DE ALERTA

EN CADA ESPACIO DE NUESTRAS VIDAS

Punto de alerta es el umbral que separa lo controlable de lo incontrolable, un momento crítico que define la transición entre un estado deseado y uno no deseado en cómo interactuamos, pensamos y sentimos. Reconocer estos puntos permite prevenir desbordamientos emocionales, evitar patrones destructivos y generar cambios conscientes.

Un «punto de alerta» no es solo un límite tangible, sino un llamado interno que nos recuerda nuestra capacidad de pausa, reflexión y cambio. Es el momento que define si permitimos que las circunstancias nos controlen o elegimos tomar el control.

situaciones que pueden evidenciar un punto de alerta

Punto de alerta:

Escalada de discusiones sin resolución.

Sentimientos de desconexión emocional o resentimiento acumulado.

Evitación de comunicación o exceso de críticas.

Síntomas asociados:

Ansiedad, insomnio, pensamientos obsesivos sobre el conflicto.

Dificultad para concentrarse en actividades cotidianas.

Tendencia a culpar o evitar responsabilidades compartidas.

Estrategias de manejo:

Comunicación asertiva: Expresar sentimientos sin atacar.

Espacio consciente: Pausar una discusión cuando las emociones están desbordadas.

Reconstrucción individual: Trabajar en el bienestar personal antes de buscar soluciones conjuntas.

Punto de alerta:

Negación prolongada del hecho.

Dificultad para retomar rutinas.

Episodios de llanto incontrolable o sensación constante de vacío.

Síntomas asociados:

Depresión, culpa o sentimientos de inutilidad.

Desconexión con las emociones propias o de otros.

Problemas físicos: pérdida de apetito, fatiga extrema.

Estrategias de manejo:

Aceptación gradual: Permitir el duelo sin juzgar la duración o intensidad.

Red de apoyo: Buscar amigos, familiares o grupos de apoyo.

Expresión emocional: Escribir cartas al ser querido o usar técnicas artísticas para procesar emociones.

Punto de alerta:

Revivir recuerdos negativos en momentos de estrés. Evitación de situaciones similares al evento traumático.

Reacciones desproporcionadas ante estímulos asociados.

Síntomas asociados:

Pesadillas, hipervigilancia o ansiedad constante.

Sensación de pérdida de control en situaciones estresantes.

Retraimiento social o dificultad para confiar en los demás.

Estrategias de manejo:

Terapia especializada: EMDR (desensibilización y reprocesamiento por movimientos oculares) o terapia cognitivo-conductual.

Identificación de gatillos: Registrar las situaciones que activan el miedo para comprender patrones.

Reconstrucción narrativa: Redefinir la historia personal desde una perspectiva empoderadora.

Punto de alerta:

Paralización ante decisiones importantes.

Preocupación excesiva por eventos que no han ocurrido.

Sensación de incapacidad para controlar el presente.

Síntomas asociados:

Aceleración del pensamiento, dificultad para relajarse.

Palpitaciones, sudoración, temblores.

Necesidad de validación constante.

Estrategias de manejo:

Descomposición de problemas: Enfocarse en un paso a la vez.

Anclaje en el presente: Técnicas de mindfulness para centrarse en el «aquí y ahora».

Reducción de estímulos negativos: Limitar el acceso a información o situaciones que aumenten la ansiedad.

Punto de alerta:

Dificultad para desconectarse del trabajo fuera del horario laboral.

Irritabilidad, apatía o sensación de inutilidad.

Descenso notable en el rendimiento o la motivación.

Síntomas asociados:

Fatiga persistente, dolores musculares.

Aislamiento o frustración con compañeros de trabajo.

Dificultad para disfrutar actividades que antes eran placenteras.

Estrategias de manejo:

Establecimiento de límites: Definir horarios claros para trabajar y descansar.

Revisión de prioridades: Identificar si las tareas laborales alinean con metas personales.

Apoyo profesional: Hablar con un terapeuta o coach laboral.

Punto de alerta:

Necesidad constante de aprobación externa.

Persistencia en relaciones tóxicas o insatisfactorias.

Comportamientos de auto-sabotaje.

Síntomas asociados:

Baja autoestima, sensación de vacío.

Reacciones extremas a la crítica o rechazo.

Impulsividad en decisiones importantes.

Estrategias de manejo:

Fortalecimiento del autoconcepto: Practicar la autoafirmación y cultivar intereses propios.

Detección de patrones repetitivos: Reflexionar sobre relaciones y decisiones pasadas.

Terapia de acompañamiento: Buscar ayuda profesional para explorar raíces profundas.

Punto de alerta:

Sentimientos de vacío o inutilidad.

Pérdida de propósito o dirección en la vida.

Falta de conexión con la realidad o con los demás.

Síntomas asociados:

Aislamiento social, apatía.

Desmotivación generalizada.

Dificultad para identificar emociones propias.

Estrategias de manejo:

Exploración de valores: Identificar lo que realmente importa en la vida.

Reconexión con la comunidad: Participar en actividades grupales o voluntariados.

Prácticas de autodescubrimiento: Meditación, journaling o coaching de vida.

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Personal profesional en las diferentes areas de la medicina

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